El paisaje es mucho más cuando lo vemos desde el aire. Amarrado al asiento trasero de un avión mono-motor, volando sin la puerta, me inclino hacia afuera y miro hacia abajo con asombro. Fotografiar desde un avión, a diferencia de hacerlo con un dron, me permite dedicarle toda mi atención a las imágenes mientras el piloto se ocupa del vuelo. Estoy en busca de parches de paisaje que mueven mi sensibilidad estética y que evocan con frecuencia el trabajo de pintores abstractos. Las imágenes que así surgen son representaciones objetivas del paisaje, aunque no siempre inmediatamente reconocibles como tales. Mi intención no es documentar lugares, sino más bien atraer al espectador hacia el disfrute visual de texturas, formas y paletas de color, las cuales son forzadas por el fotógrafo a existir dentro de las limitaciones compositivas del formato cuadrado. Esto es Landstracts.
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